Hoy luego de hacer mil cosas, me junté con ese sindicalista que me debía una charla. No sabía que iba a juntarme, se dio espontaneamente porque a los dos nos colgaron reuniones.
Pero justo en un día en que me había puesto hermosa (qué buenas me quedan las trenzas cosidas!) coincidimos en tomarnos un café y que me cuente su historia con la política. Y que le cuente la mía. Y ver cuánto se parecían. Y ver que si, que a veces "hay que saber cuándo parar".
Y que yo diga, una vez más: Qué suerte que soy una buena mina y que tengo mis años de culpa judeo-cristiana encima, si no
sabés sindicalista papitirrungui
cómo te como a besos
y no me importa que yo represente a otro bando...
Ja! Y que viva la concertación sectorial.
TW
Pero justo en un día en que me había puesto hermosa (qué buenas me quedan las trenzas cosidas!) coincidimos en tomarnos un café y que me cuente su historia con la política. Y que le cuente la mía. Y ver cuánto se parecían. Y ver que si, que a veces "hay que saber cuándo parar".
Y que yo diga, una vez más: Qué suerte que soy una buena mina y que tengo mis años de culpa judeo-cristiana encima, si no
sabés sindicalista papitirrungui
cómo te como a besos
y no me importa que yo represente a otro bando...
Ja! Y que viva la concertación sectorial.
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... que salga otro café, en una de esas te lo comés a besos en serio y celebran juntos vivir en democracia! ;)
ResponderEliminarSaludos TW,
LM.