9 de marzo (II)

Hoy me acosté a las 4 am, porque no daba más. Grave, pero gravísimo error. Cuando se hace de noche no pienso con claridad, definitivamente, y la cama me tira. Lo de estudiar de noche no es para mi:  ¿Cómo se llevará Medicina con eso?

Me levanté a las 9 y empecé a meterle pila al Trabajo Práctico como loca. Mientras las horas iban pasando me agarraba zarpada desesperación, no podía terminarlo. Y encima, las horas que le dedicaba eran horas en las que no estudiaba, no repasaba, no avanzaba con los temas que aún faltaban para el parcial. 

Habíamos quedado con Clarissa que nos juntábamos a estudiar en el Burger de cerquita de la facu a las 14 hs, pero a esa hora aún no iba ni por la segunda parte de lo que quería tocar. 

Terminé para las 15, imprimí los resúmenes de todos los temas que no había llegado a leer y con toda la dignidad que me era posible encaré para la facu. Me encanta como me quedó el TP. Se pasa. Ojalá la profesora piense lo mismo, no? 

Es dificil de explicar la sensación que sentí cuando, una vez entregado el parcial, esperé a Clarissa y nos fuimos de la facultad. Si bien no se si aprobé, el echo de haber hecho toda la cursada, presentarme a los dos exámenes sin posponerlos ni buscar justificativos para no darlos, entregar el trabajo en tiempo y forma y terminar lo que empecé me hizo sentir TAN gloriosa. TAN. Flotaba en el aire, lo juro.

Aparte la materia es bien importante en la carrera, por lo tanto ni me quiero imaginar lo que puedo llegar a sentir si me llega un mail diciendo que tengo un 6 o un 7 y la promociono. Por Dios, eso se debe sentir tocar el cielo con las manos.

Al volver a casa lo único que quería era dormir, pero así y todo encaré salada actitud y me fui a inscribir al Instituto. Si si, los pocos que saben podrán decir que estoy loca, y se que estoy loca, pero el corazón me lo dicta a gritos y ya me di cuenta de lo que pasa cuando no hago lo que él me sugiere.

Así que fue un día increíblemente feliz. Increíblemente.

Si encima a eso le sumás los placeres divinos de llegar a tu casa que se cae abajo a pedazos porque hace 15 días no le das bola, y te quedás media hora dándote un baño, te cocinás lo que hay en la heladera y sos feliz, y de yapa, abrís tu correo sin esperarlo y alguien te manda un mail que solamente viene a confirmar lo que sentís en lo más profundo del alma que se viene, te das cuenta  y supercomprobás, que definitivamente y a pesar de todo la vida es hermosa.

Besos, paz en sus corazones,

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